El gigante financiero abandona el consorcio de compra de TikTok tras las sanciones de Washington y el endurecimiento de aranceles a China. ByteDance sigue en la mira por espionaje y manipulación digital.
TikTok, atrapado entre dos potencias
La guerra digital entre Estados Unidos y China ha sumado un nuevo episodio: Blackstone, uno de los mayores fondos de inversión del mundo, se retira del grupo que negociaba la compra de TikTok en EE.UU. El objetivo era separar las operaciones estadounidenses de la matriz china ByteDance, en cumplimiento de una ley del Congreso que obliga a vender o cerrar la app por motivos de seguridad nacional.
Pero el endurecimiento arancelario impuesto por el presidente Donald Trump —con tasas del 145% a productos chinos— y la negativa de Pekín a permitir la operación han dinamitado el acuerdo.
Washington no confía en TikTok ni en China
Desde hace meses, el Congreso estadounidense considera que TikTok pone en riesgo la seguridad nacional al permitir un posible acceso del Partido Comunista Chino a datos sensibles de millones de ciudadanos norteamericanos. También alertan sobre el uso del algoritmo para manipular la opinión pública.
Trump ha prorrogado tres veces el plazo legal para que ByteDance venda TikTok USA, pero insiste: “No permitiremos que China controle la mente de nuestros jóvenes.” El consorcio comprador incluía a Oracle, Andreessen Horowitz y General Atlantic. Blackstone cedió su participación tras las presiones de Pekín.
Una venta imposible bajo control comunista
Aunque se planteó un modelo donde ByteDance conservaría solo un 20% del capital, el régimen chino cerró filas y bloqueó la transacción, temiendo perder una de sus herramientas de influencia global más poderosas. Oracle, que ya aloja los datos de TikTok US, sería la gestora principal.
Sin embargo, ante la guerra comercial relanzada por Trump, ningún inversor occidental se atreve a continuar con el proceso sin arriesgar represalias políticas o pérdida de acceso a mercados asiáticos.
¿TikTok será vetado definitivamente?
A menos que se concrete una venta antes del 17 de septiembre, TikTok deberá cesar operaciones en EE.UU., lo que podría marcar el principio del fin para su presencia en el mundo occidental. Europa observa con atención el movimiento estadounidense, mientras crecen las voces que reclaman medidas similares en Bruselas.
El futuro de TikTok pende de un hilo, atrapado entre la soberanía tecnológica estadounidense y el control autoritario chino.