La Agencia Tributaria ha publicado los datos correspondientes al primer semestre de 2025, revelando que la recaudación tributaria en España ha crecido en 12.266 millones de euros respecto al mismo periodo de 2024. Esto equivale a un incremento medio de más de 2.000 millones de euros adicionales cada mes.
En los seis primeros meses del año, los ingresos tributarios han pasado de 134.855 millones en 2024 a 147.121 millones en 2025, impulsados principalmente por el aumento en tres grandes figuras impositivas:
- Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF): +4.980 millones de euros.
- Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA): +4.256 millones de euros.
- Impuestos Especiales: +601 millones de euros.
Comparativa histórica
Si se compara con 2018, año en el que Pedro Sánchez llegó al Gobierno, la recaudación anual por impuestos y cotizaciones ha aumentado en más de 160.000 millones de euros. Para poner esta cifra en perspectiva, el incremento acumulado equivale aproximadamente a recaudar dos veces el IRPF completo que abonaban todos los contribuyentes españoles en 2017.
En 2017, la recaudación anual del IRPF fue de 77.038 millones de euros, mientras que en 2018 ascendió a 82.859 millones. Los datos de 2025 reflejan que el crecimiento no solo se debe a la evolución económica, sino también a la ampliación de bases imponibles, cambios normativos y a la mayor presión fiscal derivada de los precios más altos.
Impacto sobre la economía de los hogares y empresas
Este incremento en la recaudación tiene varios efectos directos sobre la economía española:
- Menor renta disponible para los hogares:
Con un IRPF más alto y un IVA que grava el consumo, las familias destinan una mayor parte de sus ingresos al pago de impuestos. Esto reduce su capacidad de gasto en bienes y servicios, afectando al consumo interno. - Mayor coste para las empresas:
El aumento de la presión fiscal, junto con cotizaciones sociales más elevadas, implica un mayor coste laboral y operativo para las compañías. Esto puede frenar la contratación, reducir la inversión y ralentizar la expansión empresarial. - Efecto sobre la inflación y el consumo:
Si bien la recaudación extra permite más recursos para las arcas públicas, la reducción de la capacidad adquisitiva en hogares y empresas puede afectar al crecimiento económico si no se compensa con medidas de estímulo o inversión pública productiva. - Distribución territorial:
El impacto no es homogéneo en todo el país. Regiones con mayor actividad económica o con niveles salariales más altos tienden a aportar una mayor parte de la recaudación, lo que reaviva el debate sobre la financiación autonómica.
Perspectivas
Expertos en economía fiscal señalan que, de mantenerse este ritmo de crecimiento, 2025 podría cerrar con un incremento total de recaudación respecto a 2024 cercano a los 24.000 millones de euros. El reto para el Gobierno será equilibrar la necesidad de financiar el gasto público con el impacto que la presión fiscal tiene en la competitividad empresarial y el poder adquisitivo de los ciudadanos.
Reflexión final:
El incremento sostenido de la recaudación plantea una pregunta clave: ¿podrá la economía española mantener su crecimiento si empresas y familias continúan soportando un aumento mensual de la presión fiscal? La respuesta dependerá en gran parte de cómo se utilicen estos recursos y de si se transforman en mejoras tangibles para la sociedad y en estímulos para la actividad económica.



