Este jueves, a primeras horas, un violento asalto armado sacudió el centro comercial La Abadía: cinco individuos encapuchados irrumpieron disparando en el MediaMarkt, agredieron a un guardia de seguridad y huyeron de forma espectacular. La Guardia Civil los localizó más tarde en la A‑42, a la altura de Yuncos, desatando un operativo policial coordinado.
Un atraco teatral, pero con víctimas reales
Eran las 11:07 de la mañana cuando los encapuchados entraron al establecimiento, lanzando disparos al aire para sembrar el pánico. Testigos aseguran que portaban pistolas (simuladas), usaron gas pimienta, golpearon al guardia con la culata de una pistola, le amenazaron con un cuchillo en la garganta, y hasta le alcanzaron con una pelota de goma en la cabeza.
El guarda fue atendido por una UVI móvil en la puerta del local, con vía ya colocada, y trasladado en camilla con la cara cubierta. Aunque el susto fue mayúsculo, las autoridades afirman que no hubo lesiones de gravedad.
Según fuentes policiales, los agresores lograron huir con dos cajas de material tecnológico, abordando dos vehículos modelo Seat Córdoba — sin matrícula visible —, presuntamente del 2000 y 2001, en dirección hacia Bargas.
Localizados en la A‑42: ¿cinturón capturado?
Tras imágenes extraídas de las cámaras del centro comercial y el seguimiento telefónico policial, la Guardia Civil localizó a los sospechosos en la A‑42, en el tramo de Yuncos. Allí, se activó un dispositivo conjunto con la Policía Nacional, la Policía Local y unidades especializadas (UPR), en plena coordinación.
Curiosamente, justo en ese momento otro centro comercial cercano, Luz del Tajo, estaba realizando un simulacro de incendio, lo que obligó a agentes locales a reorganizar su despliegue. El timing del asalto y la huida sugiere una planificación cuidada y una operación meticulosa.
Claves, preguntas y consecuencias
¿Armas reales o simuladas?
La Policía Nacional apunta a que las pistolas eran simuladas, aunque la violencia vivida convierte el episodio en un acto de terror psicológico a plena luz del día.
¿Fue un golpe planificado o improvisado?
La rapidez en la localización de los sospechosos, el uso de dos vehículos sin matrícula y la coordinación del operativo policial sugieren que no se trató de algo improvisado.
¿Responsabilidad en la seguridad privada?
Este tipo de incidentes pone en tela de juicio los protocolos vigentes en centros comerciales y la eficacia de las medidas de seguridad privada. ¿Cómo es posible que encapuchados, armados y violentos logren irrumpir con semejante impunidad?
¿Simulación coordinada con distracciones?
No es baladí que un simulacro policial se desarrollara en paralelo en la zona. ¿Podría tratarse de una maniobra deliberada para absorber recursos policiales?
