Domingo, de 68 años, no ejercerá acción judicial contra sus agresores marroquíes. La presión mediática y el miedo a represalias han silenciado a la víctima de una brutal paliza que ha incendiado Murcia.
Un silencio obligado por el miedo
Domingo, el anciano murciano de 68 años brutalmente agredido por tres inmigrantes marroquíes —dos de ellos en situación irregular— en Torre Pacheco, ha decidido no denunciar ni reclamar indemnización alguna. ¿El motivo? La presión social, el acoso mediático y el temor a que el conflicto se agrave en su propio municipio.
Así lo han confirmado fuentes de su entorno a OKDIARIO, asegurando que rechazó desde el primer momento contratar abogado o ejercer acusación alguna, a pesar de haber sido informado de sus derechos por la Guardia Civil. “Sólo quiere que todo quede como un mal sueño”, dicen sus allegados, mientras intenta recuperar algo de normalidad saliendo a jugar la partida con sus amigos del pueblo.
Una agresión que no tuvo respuesta institucional
Lejos de una condena contundente por parte del Gobierno, la paliza al anciano ha sido utilizada por Interior como excusa para perseguir el descontento popular: se han activado dispositivos policiales para investigar a movimientos sociales tildados de “extrema derecha”, mientras el foco se pone en las redes sociales, y no en la violencia real sufrida por los vecinos.
Todo mientras el pueblo sigue bajo vigilancia. Más de 100 personas han sido identificadas portando objetos peligrosos, no por agredir, sino por protestar o manifestarse tras el ataque. La criminalización del descontento se impone.
La justicia, para los agresores
Uno de los agresores fue detenido en Rentería (Guipúzcoa) mientras intentaba huir a Francia, y enviado a prisión provisional. Otros dos detenidos, incluyendo un miembro de una plataforma que denunciaba la inmigración ilegal, también han sido encarcelados —no por agredir, sino por “incitar” a la respuesta vecinal.
En total, tres personas han ingresado en prisión, mientras que otros once están en libertad provisional investigados por delitos relacionados tanto con la paliza como con los disturbios posteriores. Pero la pregunta es: ¿quién protege realmente a las víctimas?
Torre Pacheco, una olla a presión
El entorno de Domingo rechaza los ataques a inmigrantes pero también denuncia el hartazgo generalizado por los incidentes, robos y agresiones protagonizados por magrebíes en el municipio. La situación de tensión creciente en Torre Pacheco es un reflejo del fracaso de las políticas migratorias y del abandono de los pueblos por parte del Estado.
¿Estamos ante una justicia condicionada por el miedo y el control político, o ante una rendición del sistema ante la delincuencia importada?
