Berlín convoca al embajador chino tras un grave incidente con una aeronave alemana en misión oficial de la Unión Europea.
La tensión entre Europa y China escala peligrosamente. Este martes, el Gobierno alemán ha convocado al embajador chino en Berlín después de que las Fuerzas Armadas germanas denunciaran un ataque con láser perpetrado por un buque de guerra chino contra un avión alemán que participaba en una misión oficial de la Unión Europea en el mar Rojo.
“Poner en riesgo al personal alemán e interrumpir la operación es completamente inaceptable”, advirtió el Ministerio de Asuntos Exteriores alemán a través de la red social X, en un mensaje tan directo como inusual.
Según el Ministerio de Defensa, el incidente ocurrió a principios de julio durante un vuelo rutinario en el marco de la operación ASPIDES, una misión europea clave para la protección de las rutas marítimas internacionales en el mar Rojo. El avión alemán, equipado con una plataforma multisensor de reconocimiento, habría sido apuntado sin aviso previo por un potente láser desde un buque militar chino presente en la zona.
Ataque sin previo aviso
El ataque obligó a interrumpir la misión inmediatamente, según fuentes del Ministerio, y la aeronave aterrizó de emergencia en la base de Yibuti. Afortunadamente, no se han reportado heridos. El despliegue ha sido retomado desde entonces, aunque el episodio ha encendido las alarmas en Berlín y Bruselas.
El avión afectado forma parte de un MSP operado por una empresa civil, en el que también participa personal militar alemán, y cuyos datos resultan vitales para la seguridad del tráfico marítimo en una de las zonas más inestables del mundo.
El silencio de Pekín y el precedente preocupante
Hasta el momento, ni el Ministerio de Relaciones Exteriores de China ni su embajada en Berlín han ofrecido explicaciones. Este tipo de incidentes no es nuevo: en 2020, Estados Unidos ya denunció que un buque chino disparó un láser contra una patrullera aérea sobre aguas internacionales en el Pacífico.
Lo que sí resulta inédito es que China increpe de forma directa a una aeronave de un miembro de la OTAN dentro del marco de una misión europea. Un gesto que exhibe una política exterior cada vez más agresiva por parte de Pekín, y que suma un nuevo capítulo a la creciente preocupación europea por la influencia china en sectores críticos de tecnología y defensa.
Un desafío a la soberanía europea
El incidente reaviva el debate sobre la autonomía estratégica de Europa y refuerza el mensaje de quienes exigen una postura más firme ante los intentos de intromisión del régimen chino. Desde Berlín se espera ahora una respuesta contundente de las instituciones comunitarias, que se niegan a normalizar este tipo de agresiones a la soberanía de sus Estados miembros.