Un fuerte sismo de magnitud 6,3 golpeó la madrugada del lunes 3 de noviembre el norte de Afganistán, con epicentro cercano a la ciudad de Mazar-e Sharif, dejando al menos 20 muertos y más de 600 heridos. El desastre provocó severos daños estructurales, incluyendo la histórica Mezquita Azul, uno de los lugares sagrados más importantes del país.
El movimiento telúrico se sintió con fuerza en toda la provincia de Balkh, generando pánico entre los residentes, muchos de los cuales fueron sorprendidos en sus casas mientras dormían. Las autoridades locales informaron que los hospitales de la región se encuentran colapsados y en alerta máxima, mientras equipos de rescate trabajan entre los escombros para encontrar sobrevivientes.
Mohammad Rahim, un residente del distrito de Tashqurghan, relató que la tierra tembló violentamente durante unos 15 segundos. “Cuando finalmente salimos, había tanto polvo en el aire que no podíamos ver nada”, contó. Su madre y su hermano quedaron atrapados, pero fueron liberados gracias a la ayuda de los vecinos.
La Autoridad Nacional de Gestión de Desastres reportó 643 heridos, de los cuales al menos 25 se encuentran en estado grave. Parte de los daños incluyeron cortes de energía en varias zonas del país, incluida la capital, Kabul.
Uno de los símbolos más impactantes del desastre es la Mezquita Azul de Mazar-e Sharif, cuya estructura del siglo XV resultó parcialmente dañada. Las imágenes que circulan desde el lugar muestran escombros y azulejos esparcidos por el patio interior, aunque la estructura principal sigue en pie.
El terremoto ocurre en un contexto de extrema fragilidad para Afganistán, un país que arrastra las consecuencias de décadas de conflicto armado, escasa ayuda internacional, una economía colapsada y miles de desplazados. Apenas en agosto, otro terremoto había causado miles de muertos en el este del país.
La comunidad internacional comenzó a movilizar ayuda. La ONU declaró que ya está presente en el terreno apoyando labores de rescate, mientras que la India ha enviado ayuda humanitaria y se comprometió a continuar el suministro de medicamentos en los próximos días.
Organizaciones como Save the Children alertaron sobre la gravedad de la situación, señalando que miles de niños están expuestos a condiciones extremas justo antes del invierno. “Ahora, las familias del norte también experimentan miedo e incertidumbre tras este último y potente terremoto”, señaló la ONG.
Afganistán se encuentra sobre dos placas tectónicas activas, lo que lo convierte en uno de los países más vulnerables a los terremotos en Asia Central. Este nuevo sismo vuelve a poner en evidencia la fragilidad de sus estructuras y la urgencia de una respuesta coordinada para evitar una tragedia aún mayor en los días venideros.
