El presidente de Corea del Sur logró sortear con habilidad una posible confrontación con Donald Trump, tras su polémico mensaje sobre una supuesta “purga” en Seúl. La cumbre terminó sin incidentes, pero dejó muchos asuntos clave sin resolver.

Una cumbre de alto riesgo político y diplomático
La primera reunión entre Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y Lee Jae Myung, presidente de Corea del Sur, celebrada este lunes en la Casa Blanca, estuvo marcada por la tensión previa a raíz de una publicación explosiva de Trump en redes sociales, en la que sugería que en Corea del Sur se estaba produciendo una “purga o revolución”.
Pese a las expectativas de un enfrentamiento público al estilo del ocurrido con Volodímir Zelenskiy en febrero, el encuentro terminó con un tono más relajado, centrado en el diálogo sobre Corea del Norte, defensa común y alianza estratégica, aunque varios temas críticos quedaron sin acordar.
Trump suaviza el tono tras advertencias previas
Antes de la cumbre, Trump escribió en Truth Social que preguntaría a Lee sobre la situación interna en Corea del Sur, refiriéndose a investigaciones en curso en una base militar conjunta. Sin embargo, durante el encuentro en Washington, el líder estadounidense rebajó el tono, calificando sus comentarios como un posible «malentendido».
Lee, por su parte, ironizó tras la cumbre:
“Mi equipo temía un momento como el de Zelenski, pero yo sabía que no ocurriría. Había leído ‘El arte de la negociación’ de Trump”, bromeó en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
Temas clave sin cerrar: defensa y comercio
Más allá de las declaraciones diplomáticas, la cumbre dejó muchos asuntos sin concretar:
- Financiación de las tropas estadounidenses: Washington mantiene 28 500 soldados en Corea del Sur, y Trump ha reiterado en el pasado que Seúl debería contribuir más económicamente a su mantenimiento.
- Comercio y aranceles: aún no se ha formalizado ningún acuerdo, y varios puntos del pacto comercial fueron pospuestos.
- Reprocesamiento nuclear y construcción naval: Corea del Sur esperaba avanzar en estas áreas, pero no se discutieron en profundidad, según fuentes surcoreanas.
El papel de Corea del Norte y Rusia en el tablero
Uno de los temas donde sí hubo coincidencia fue en la necesidad de mantener abiertos los canales con Corea del Norte. Trump reafirmó su «buena relación con Kim Jong Un» y apoyó el enfoque dialogante de Lee.
No obstante, el avance militar de Pyongyang y sus crecientes vínculos con Rusia siguen siendo una amenaza estratégica compartida, aunque en la cumbre no se presentaron planes concretos al respecto.
La diplomacia evitó el choque frontal, pero los desafíos estructurales de la alianza entre EE. UU. y Corea del Sur siguen intactos.