Indignación nacional tras la frívola respuesta de Pedro Sánchez a las regiones afectadas por los incendios forestales: «Si necesitan ayuda, que la pidan».
Un presidente desconectado del sufrimiento del país
Mientras miles de hectáreas arden y cientos de familias pierden sus hogares, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha respondido con una actitud despreocupada y ajena a la tragedia. Su declaración: «Si necesitan ayuda, que la pidan«, pronunciada ante los medios, ha provocado una ola de críticas por lo que muchos consideran una renuncia implícita a sus deberes constitucionales.
El deber del Estado: actuar cuando el pueblo no puede
La razón de ser del Estado es precisamente intervenir en situaciones críticas donde los ciudadanos no tienen capacidad para hacerlo. Es inaceptable que el presidente condicione el despliegue de medios aéreos o logísticos a peticiones burocráticas, cuando la situación exige reacción inmediata y liderazgo.
La excusa presupuestaria: una falacia legal
Desde el Ejecutivo se intenta justificar la falta de respuesta con la ausencia de Presupuestos aprobados. Sin embargo, según el artículo 134.4 de la Constitución Española, los Presupuestos Generales del Estado del año anterior se prorrogan automáticamente, garantizando que el Gobierno dispone de recursos suficientes para actuar ante emergencias como esta.
Una omisión imperdonable
Aceptar que la falta de nuevos Presupuestos exime al Gobierno de responsabilidad es una manipulación de la ley. No sólo es falso jurídicamente, sino que evidencia una ausencia alarmante de voluntad política para afrontar la crisis de los incendios. El Gobierno no ha estado a la altura y ha preferido esconderse tras tecnicismos antes que asumir su obligación constitucional de proteger a los españoles.
¿Es este el tipo de liderazgo que merece una nación que arde entre el silencio y la indiferencia?
