Tras una semana crítica en la que los incendios han devastado más de 150.000 hectáreas en España, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha visitado este domingo las zonas más afectadas en Orense y León. Los fuegos han dejado ya tres víctimas mortales, decenas de miles de evacuados y varios focos activos que siguen fuera de control.
Durante su intervención en Galicia, Sánchez insistió en que «el Estado somos todos» y defendió que, frente a crisis como la actual, «tenemos que actuar codo con codo». El presidente anunció un Pacto de Estado por la emergencia climática, con el objetivo de reforzar la capacidad de anticipación y respuesta ante catástrofes similares. Además, confirmó la llegada de 500 efectivos adicionales de la Unidad Militar de Emergencias (UME) para reforzar los trabajos de extinción en Galicia.
El jefe del Ejecutivo vinculó la ola de incendios con la emergencia climática global y llamó a «dejar esta cuestión fuera de la lucha partidista». Sin embargo, las críticas a su gestión no han cesado. El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, reprochó al Gobierno que «siempre llegue tarde» y pidió un mayor despliegue del Ejército en apoyo logístico, mientras Isabel Díaz Ayuso acusó al Ejecutivo de estar «paralizado» mientras el fuego arrasaba y reclamó más prevención y rigor en la gestión.
La visita de Sánchez llega tras días de críticas y en medio de la devastación, poniendo de relieve la necesidad de una estrategia nacional que no dependa de la improvisación. Los incendios forestales en España ya no son una excepción estival, sino una amenaza recurrente agravada por el abandono del campo, la burocracia y el cambio climático.
La pregunta que queda en el aire es si el anunciado Pacto de Estado será una herramienta real para anticiparse a estas tragedias, o si volverá a ser otro gesto político más, mientras el país continúa apagando fuegos demasiado tarde.
