El presidente del TC evita someter la Ley Trans a votación porque dos magistradas progresistas —Montalbán y Balaguer— la rechazan por inseguridad jurídica. El bloque de Sánchez se desmorona incluso entre los suyos.

El Constitucional paralizado por miedo a un revés político
La Ley Trans, una de las normas más ideologizadas del anterior Gobierno de Pedro Sánchez e impulsada por Irene Montero, sigue sin recibir el pronunciamiento del Tribunal Constitucional, pese a que el PP presentó un recurso de inconstitucionalidad hace más de seis meses. ¿El motivo? El presidente del TC, Cándido Conde-Pumpido, no tiene garantizada la mayoría dentro de su propio bloque progresista.
Lo que debería ser una resolución técnica y jurídica se ha convertido en un bloqueo político sin fecha de resolución, una parálisis que evidencia que el activismo ideológico ha colonizado incluso los máximos órganos de garantías del Estado.
Fractura dentro del ala progresista del tribunal
El primer intento de debatir la ponencia del exministro Juan Carlos Campo fue en abril. En ella, se proponía validar prácticamente todo el contenido de la Ley Trans, salvo matices menores sobre el cambio de sexo en menores de 12 años. Pero se encontró con una rebelión interna inesperada.
Las magistradas Inmaculada Montalbán (vicepresidenta del TC) y María Luisa Balaguer, ambas del sector progresista, se opusieron frontalmente al texto. ¿La razón? Consideran que la ley, tal como está redactada, genera inseguridad jurídica, cuestiona el principio de realidad y destruye los fundamentos legales del sexo biológico en el ordenamiento jurídico.
Feminismo clásico vs. ideología trans: choque frontal en el TC
Balaguer, reconocida teórica del feminismo clásico, rechaza la “autodeterminación de género” sin control alguno, al considerar que confundir género —una construcción mental— con el sexo biológico pone en jaque la protección jurídica de las mujeres. Una visión que comparte Montalbán, quien también se ha mostrado crítica con la ideología trans impuesta por la izquierda radical.
El resultado es demoledor: la izquierda del TC se ha fracturado y Conde-Pumpido, sin mayoría, ha optado por congelar el debate sine die.
La Ley Trans: ideología sin control judicial
Desde su entrada en vigor en marzo de 2023, la Ley Trans permite que un menor de edad pueda cambiar de sexo registral sin informes médicos ni consentimiento parental desde los 16 años, y entre los 12 y 16 con consentimiento e intervención judicial. Además, permite el cambio de sexo legal con solo una declaración de voluntad. Todo esto sigue vigente porque el Constitucional ni la avala ni la tumba.
Una parálisis vergonzosa
El calendario del TC para lo que queda de 2025 no incluye debate alguno sobre la Ley Trans. Así, una norma polémica, impuesta sin consenso y cuestionada incluso dentro del propio bloque progresista, sigue blindada por el silencio cómplice de quien debería garantizar el Estado de Derecho.



