México vivió este sábado una de las jornadas de protesta más intensas de los últimos años. Miles de ciudadanos —desde jóvenes de la Generación Z hasta adultos mayores— salieron a las calles de más de 50 ciudades para exigir el fin de la corrupción, denunciar la expansión de la violencia y mostrar su descontento con la estrategia de seguridad del Gobierno federal.
Las movilizaciones estallan tras semanas marcadas por una creciente sensación de inseguridad, el asesinato del popular alcalde Carlos Manzo en Michoacán y el aumento de las extorsiones, que alcanzan niveles históricos.

❝Estamos cansados de vivir con miedo❞
Rodrigo Santana, actor y cantante de 21 años, fue uno de los manifestantes en Ciudad de México:
“Estoy cansado, triste de la situación que se vive hoy en el país. El objetivo de esta marcha es destituir a la presidenta. Hacer ver que el pueblo no está con ella”.
Pese a la magnitud de las protestas, la presidenta Claudia Sheinbaum mantiene altos niveles de popularidad y la oposición sigue desarticulada, por lo que su continuidad no parece amenazada a corto plazo. Sin embargo, las marchas reflejan un malestar transversal que va más allá de cualquier bloque político.
Un país al límite: asesinatos, cárteles y corrupción
En los últimos meses, México ha atravesado una escalada de violencia:
- Asesinato del alcalde Carlos Manzo, quien exigía mano dura contra la delincuencia.
- Extorsiones en máximos históricos.
- Estados convertidos en campos de batalla entre cárteles armados con equipo militar.
- Creciente percepción de impunidad.
Manzo había impulsado el “Movimiento Sombrero” y confrontado públicamente a Sheinbaum por lo que consideraba una estrategia fallida. Hoy, sus seguidores lo comparan con Nayib Bukele.
Una gran pancarta desplegada en el Ángel de la Independencia rezaba:
“Nos quitaron a nuestro Bukele mexicano. Nos dieron un héroe nacional”.
Las acusaciones del Gobierno
El Ejecutivo calificó las manifestaciones como parte de una campaña “inorgánica y pagada”, atribuyéndola a figuras opositoras y cuentas recién creadas en redes, con un supuesto coste de casi 5 millones de dólares.
El magnate Ricardo Salinas Pliego, señalado como uno de los supuestos financiadores, rechazó categóricamente la acusación:
“Exijo una sola prueba de las mentiras que estás difundiendo sobre mí”.
El Zócalo, epicentro del choque
La protesta en Ciudad de México derivó en fuertes enfrentamientos frente al Palacio Nacional:
- Manifestantes derribaron vallas metálicas.
- Un centenar de policías resultaron heridos; 40 fueron hospitalizados.
- La policía lanzó gas lacrimógeno para dispersar a grupos encapuchados.
- Se reportaron 20 detenidos.
En la avenida Paseo de la Reforma, miles marcharon portando banderas mexicanas y pancartas con fotografías de desaparecidos.
La Generación Z toma la protesta
Muchos jóvenes se coordinaron a través de Discord, aunque incluso allí reinaba la confusión sobre objetivos y siguientes pasos.
Omar Cortés, de 19 años, expresó:
“No vamos a lograr la revocación, pero queremos que el Gobierno sepa que estamos dispuestos a llegar ahí. Cuando los de abajo se mueven, los de arriba se caen”.
Jacobo Alejandro, estudiante de 18 años, resumió el espíritu de la marcha:
“Este movimiento representa todo: la injusticia, la inseguridad, los desaparecidos, la falta de trabajo… Es la inconformidad por cómo se está manejando el país”.
Tensiones con Estados Unidos
Algunos manifestantes incluso pidieron una intervención internacional contra el crimen organizado, lo que Sheinbaum ha rechazado rotundamente, señalando que cualquier operación de seguridad extranjera violaría la soberanía mexicana.
México se enfrenta a un nuevo ciclo de descontento
Las protestas dejan claro que, pese a la popularidad del Gobierno, el país vive un momento de tensión profunda. La violencia, la corrupción y la percepción de impunidad siguen marcando la agenda política y social.



