Una carta enviada por OpenAI a la administración Trump reveló nuevos detalles sobre los planes de la compañía para expandir su infraestructura de centros de datos de inteligencia artificial en Estados Unidos, y las medidas que solicita al gobierno federal para facilitar esas inversiones.
La misiva, firmada por Chris Lehane, director de Asuntos Globales de OpenAI, y dirigida a Michael Kratsios, director de Política Científica y Tecnológica de la Casa Blanca, insta al gobierno a ampliar el Crédito de Inversión en Fabricación Avanzada (AMIC) —actualmente enfocado en la producción de semiconductores— para incluir componentes de red eléctrica, servidores de IA y centros de datos especializados en inteligencia artificial.

“Ampliar la cobertura del AMIC reducirá el costo efectivo del capital, disminuirá el riesgo de las inversiones tempranas y desbloqueará el capital privado para acelerar el desarrollo de la IA en Estados Unidos”, escribió Lehane.
Petición de apoyo para infraestructura y materias primas
Además de los incentivos fiscales, OpenAI solicitó que el gobierno acelere los procesos de permisos y evaluaciones ambientales para la construcción de centros de datos, y que establezca una reserva estratégica de materias primas —como cobre, aluminio y minerales de tierras raras procesados— necesarias para la infraestructura tecnológica.
La carta, publicada inicialmente el 27 de octubre, pasó desapercibida hasta esta semana, cuando las declaraciones de ejecutivos de OpenAI reavivaron el debate sobre el tipo de apoyo que la empresa espera de la administración Trump.
Aclaraciones sobre los préstamos y garantías
Durante un evento organizado por The Wall Street Journal, la directora financiera de OpenAI, Sarah Friar, comentó que el gobierno debería “respaldar” los préstamos destinados a la infraestructura de la compañía. Más tarde, Friar aclaró en LinkedIn que se trató de una confusión:
“OpenAI no busca un respaldo gubernamental para nuestros compromisos de infraestructura. Usé la palabra ‘respaldo’ y eso generó confusión”.
Por su parte, el director ejecutivo Sam Altman reafirmó en una publicación posterior que la empresa “no tiene ni quiere garantías gubernamentales para sus centros de datos”.
“Creemos que los gobiernos no deberían favorecer ni perjudicar a unas empresas sobre otras, y que los contribuyentes no deberían rescatar a compañías que toman malas decisiones comerciales”, añadió Altman, aunque reconoció que sí se ha hablado de garantías para apoyar la creación de fábricas de semiconductores en EE. UU.
Proyecciones económicas y expansión
Altman también destacó que OpenAI espera cerrar 2025 con una tasa de ingresos anualizada superior a los 20.000 millones de dólares, con la meta de alcanzar “cientos de miles de millones” para 2030. La compañía aseguró compromisos de capital por 1,4 billones de dólares destinados a infraestructura de IA en los próximos ocho años.
El pedido de OpenAI llega en un contexto en el que la competencia global por el liderazgo en inteligencia artificial se intensifica, con Estados Unidos buscando fortalecer su posición frente a potencias tecnológicas como China y la Unión Europea.



