Estados Unidos ha anunciado este viernes el levantamiento de las sanciones contra el presidente sirio Ahmad al Sharaa, apenas cuatro días antes de su reunión con el presidente Donald Trump en la Casa Blanca. La decisión coincide con medidas similares adoptadas por el Reino Unido y con la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, que el jueves retiró oficialmente a Al Sharaa de la lista de sancionados por terrorismo internacional.
El Departamento del Tesoro estadounidense ha eliminado la designación de terrorista global que pesaba sobre Al Sharaa y su ministro del Interior, Anas Khattab, poniendo fin a más de una década de restricciones financieras y diplomáticas. Con esta medida, Washington legitima formalmente al nuevo gobierno sirio surgido tras la caída del régimen de Bashar al-Asad en diciembre de 2024.

La vuelta de Siria al escenario internacional
La Comisión Europea también ha confirmado que seguirá los pasos de la ONU, retirando próximamente las sanciones que aún mantenía sobre Al Sharaa y Khattab. Según la portavoz comunitaria Anouar el Anouni, “la decisión del Consejo de Seguridad se traspondrá a nivel de la Unión Europea en breve”.
Este giro diplomático culmina un proceso de normalización iniciado en mayo, cuando tanto EE.UU. como la UE levantaron las sanciones económicas generales sobre Siria. Poco después, Trump se reunió con Al Sharaa en Riad, donde le instó a reconocer a Israel dentro del marco de los Acuerdos de Abraham y a “expulsar a todos los terroristas extranjeros del país”.
Durante aquel encuentro, Trump calificó al presidente sirio como “un tipo joven, atractivo y duro”, destacando la oportunidad de “hacer historia y reconstruir Siria”. La visita prevista a Washington será la primera de un jefe de Estado sirio a EE.UU. en 25 años, simbolizando un cambio radical en las relaciones bilaterales.
De líder yihadista a presidente
Al Sharaa, anteriormente conocido como Mohamed al Jolani, fue el fundador del grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), heredero del Frente al-Nusra, la antigua filial de Al Qaeda en Siria. Tras romper vínculos con la organización en 2016, Al Sharaa lideró una coalición insurgente que en 2024 derrocó al régimen de Al Asad.
El nuevo mandatario sirio, que llegó a estar detenido por las fuerzas estadounidenses en Irak durante la década de 2000, ha tratado desde su llegada al poder de reconstruir el país y proyectar una imagen moderada y pragmática ante la comunidad internacional.
Reconciliación interna y reforma militar
En paralelo al levantamiento de sanciones, el nuevo ministro de Defensa, Murhaf Abu Qasra, ha anunciado la reintegración de miles de soldados desertores que abandonaron el Ejército de Al Asad durante la guerra civil. El objetivo, según explicó en su cuenta de X, es que “estos antiguos reclutas se conviertan en pilares del nuevo Ejército Árabe Sirio” y contribuyan a la reconstrucción y estabilidad nacional.
Aunque no existen cifras oficiales, se calcula que decenas de miles de soldados abandonaron sus filas tras las protestas de 2011. Integrarlos nuevamente representa un paso clave hacia la reconciliación nacional tras más de 13 años de conflicto y medio siglo de dominio de la familia Al Asad.
Contexto internacional
La eliminación de sanciones por parte de EE.UU., Reino Unido y la ONU marca el fin del aislamiento internacional de Siria y consolida a Al Sharaa como un actor legítimo en el nuevo tablero de Oriente Medio.
Su próxima visita a la Casa Blanca, prevista para el martes, será una cita histórica que podría redefinir las alianzas regionales y abrir la puerta a una cooperación más estrecha entre Damasco y Washington en materia de seguridad y estabilidad en la región.



