
Vinos de Madrid: Un tesoro por descubrir
Cuatro subzonas, veintidós bodegas y un enoturismo sobresaliente
La Denominación de Origen Vinos de Madrid, establecida en 1990, ha revitalizado una tradición vinícola que se remonta siglos. Las bodegas de la región ofrecen no solo caldos de calidad, sino experiencias únicas que atraen tanto a turistas como a locales, desde catas hasta ferias.
Variedad en el viñedo
La D.O. Madrid se divide en cuatro subzonas: Arganda, Navalcarnero, San Martín y El Molar. Cada una con características únicas, representando un 60% de la producción total. Mientras Arganda lidera con 28 bodegas, Navalcarnero se queda con solo 5, mostrando una gran diversidad de estilos y métodos de producción.
Una experiencia enoturística
Las ferias como la Feria del Vino y el Producto Local en Colmenar de Oreja y Cadalvín en Cadalso de los Vidrios atraen a cientos de visitantes. Estas celebraciones permiten degustar desde quesos hasta vinos, contribuyendo así a un turismo sostenible en la región.
Crítica y análisis
Los vinos de Madrid son un ejemplo claro de que con esfuerzo y dedicación se puede recuperar un legado que parecía perdido. Sin embargo, el aumento de la producción en zonas tradicionales plantea preguntas sobre la calidad a largo plazo. ¿Estamos ante una moda pasajera o una resurrección genuina?



