El reconocido inversor de capital riesgo Elad Gil, figura clave detrás del éxito de muchas startups tecnológicas de la última década, aseguró durante su intervención en TechCrunch Disrupt 2025 que el auge de la inteligencia artificial ha sido uno de los fenómenos más impredecibles de su carrera.
Gil, que ha invertido en gigantes del sector como OpenAI, Mistral, Perplexity, Harvey, Character.ai, Decagon y Abridge, explicó que el ritmo de avance de los modelos de IA “ha sido tan vertiginoso que ha cambiado la dinámica de todo el ecosistema tecnológico”.

“Empecé a invertir en IA generativa en 2021, cuando pocos le prestaban atención. Pero el salto entre GPT-2 y GPT-3 fue tan grande que supe que esto sería trascendental”, recordó Gil.
Mercados con ganadores definidos
Según Gil, algunos segmentos de la IA ya tienen líderes consolidados. Los modelos fundamentales, por ejemplo, están dominados por un pequeño grupo de compañías:
Google, Anthropic, OpenAI, xAI, Meta y Mistral.
Lo mismo ocurre en la programación asistida por IA, donde herramientas como Claude Code (Anthropic), Codex (OpenAI), Cursor (Anysphere) y Devin (Cognition) se han posicionado como referentes.
En el ámbito de la transcripción médica, Abridge lidera un mercado que considera “prácticamente estancado”. Y en atención al cliente, menciona a Decagon como una de las empresas más prometedoras: en junio de 2025 recaudó 131 millones de dólares alcanzando una valoración de 1.500 millones.
“Algunos mercados de IA se están cerrando rápidamente. No habrá espacio para muchos nuevos jugadores”, advirtió.
Mercados aún abiertos
Sin embargo, no todo está decidido. Gil identificó áreas todavía en disputa, como la fintech, la contabilidad y la seguridad aplicada a la IA. Estos sectores, según el inversor, “siguen siendo muy atractivos, aunque nadie sabe aún quién se quedará con ellos”.
También resaltó que, irónicamente, el crecimiento acelerado ya no garantiza el éxito:
“Las grandes corporaciones están desesperadas por tener una estrategia de IA. Eso significa que muchas startups pueden conseguir ingresos rápidamente, pero eso no asegura su permanencia”.
“Señales falsas” y verdaderos ganadores
Gil advirtió que el auge de la IA está lleno de “señales falsas”, donde los éxitos iniciales no siempre se traducen en modelos de negocio sostenibles. Aun así, hay excepciones. Citó a Harvey, la startup de IA legal, como un caso que “simplemente funciona”: en 2025, su valoración pasó de 3.000 millones a 8.000 millones de dólares en cuestión de meses tras tres rondas de inversión consecutivas.
“El futuro de la IA no se define solo por quién llega primero, sino por quién logra mantenerse cuando la euforia se apaga”, concluyó Gil.



