
Álvaro García Ortiz: El Fiscal General en la Mira del Supremo
Una Controversia que Sacude el Sistema Judicial
Álvaro García Ortiz, al mando de la Fiscalía General del Estado desde 2022, se ha visto envuelto en un escándalo sin precedentes. Su camino ha estado marcado por la polémica y, recientemente, ha sido imputado por la presunta filtración de datos en el caso de la pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.
El Papel de la Política en la Justicia
Desde su nombramiento, García Ortiz prometió modernizar la Fiscalía y distanciarla de presiones políticas, pero sus acciones lo han llevado a ser acusado. Se alega que su intento de contrarrestar noticias falsas sobre un pacto de conformidad, a través de un comunicado sobre Alberto González Amador, desencadenó su imputación por filtración. Esto plantea serias dudas sobre la independencia judicial.
A pesar de los llamados a dimitir por el riesgo a la credibilidad de la institución, ha contado con el apoyo del Gobierno, quien resalta su trayectoria. Los hechos nos llevan a cuestionar la verdadero independencia de la Fiscalía ante un entorno político cada vez más tenso.
García Ortiz no es un nombre cualquiera. Nacido en 1967 en Salamanca y con una carrera que abarca desde casos medioambientales hasta conflictos políticos, su estilo ha sido criticado por PP, Vox y Ciudadanos, que lo acusan de ser un títere del Gobierno de Pedro Sánchez. En 2023, el Consejo General del Poder Judicial retiró su apoyo, declarándolo «no idóneo».
Las presiones continúan. García Ortiz enfrenta un dilema en un contexto donde la lucha judicial se ha entrelazado con la política, especialmente con la ley de amnistía en el horizonte. ¿Es su silencio una estrategia para evitar distorsiones en el debate jurídico, o es una muestra de su incapacidad?



