Mientras Trump y Putin ultiman los detalles de su cumbre bilateral en Alaska, Ucrania libra en soledad una nueva batalla militar en el este de su territorio. Moscú intensifica su ofensiva sobre Donetsk, y Kiev denuncia un riesgo real: que se firme una “paz impuesta” sin que Ucrania esté presente en la negociación.
La guerra continúa mientras se negocia la paz… sin Ucrania
Este martes 12 de agosto, tropas rusas irrumpieron cerca de la ciudad minera de Dobropillia, en la región de Donetsk, protagonizando uno de los avances militares más importantes del año. El ejército ucraniano respondió desplegando tropas de reserva para contener el ataque. Las autoridades de Kiev califican el enfrentamiento como «feroz» y «extremadamente complejo».
Todo esto ocurre a solo días de la cumbre entre Donald Trump y Vladimir Putin, que se celebrará este viernes en la Base Aérea Elmendorf de Alaska, en lo que será el primer cara a cara entre ambos líderes desde 2021.
Trump propone “intercambio de territorios” y Europa se alarma
La idea planteada por Trump de un acuerdo de paz que contemple un intercambio de territorios ha provocado una ola de preocupación en Europa y en Kiev. Ucrania teme ser forzada a ceder partes de su territorio a cambio de una “paz acelerada” que favorezca intereses ajenos.
“Las conversaciones sustanciales y productivas sobre nosotros sin nosotros no funcionarán”, sentenció Volodímir Zelenskiy, presidente de Ucrania, en una entrevista reciente. Enfatizó que su país no aceptará ningún acuerdo territorial sin un alto el fuego previo ni estará dispuesto a entregar el Donbás, región estratégica ya bajo ocupación parcial rusa.
La UE exige respeto al derecho internacional, pero Hungría se desmarca
La Unión Europea, con excepción de Hungría, ha defendido que no se puede imponer una solución sin respetar la soberanía ucraniana. Líderes como Donald Tusk (Polonia) han recordado que “Ucrania no puede perder esta guerra”, mientras que países como Francia, Italia o Alemania se preparan para reforzar su apoyo logístico y militar a Kiev si se perciben señales de presión injustificada.
En contraste, el primer ministro húngaro Viktor Orbán, aliado político de Putin, ha afirmado que “Rusia ya ha ganado la guerra” y que “los europeos están haciendo el ridículo”, en una intervención que ha causado indignación en Bruselas.
Zelenskiy prepara una reunión virtual con Trump antes del cara a cara con Putin
Antes del encuentro en Alaska, Zelenskiy y varios líderes europeos sostendrán una videoconferencia con Donald Trump para reiterar una posición clara: cualquier solución duradera debe contar con la participación directa de Ucrania.
Desde la Casa Blanca, la portavoz Karoline Leavitt aclaró que la cumbre de Alaska “será un ejercicio de escucha” y que Trump “necesita mirar a Putin a los ojos para entender sus intenciones”, según declaraciones del secretario de Estado Marco Rubio.
Trump se mostró abierto a una futura reunión trilateral con Putin y Zelenskiy, pero no ha dado garantías concretas sobre la inclusión de Ucrania en las negociaciones inmediatas.
Rusia gana terreno, pero Ucrania contraataca
Aunque las fuerzas rusas han logrado avanzar en Donetsk, el ejército ucraniano recuperó dos aldeas en la región de Sumy, lo que representa un avance modesto pero significativo en un conflicto donde cada metro de terreno se cobra con sangre y esfuerzo.
Putin exige una “zona de amortiguación” en esa zona fronteriza, lo que sugiere una estrategia de consolidación territorial de largo plazo, muy alejada de cualquier voluntad real de alto el fuego.
Ucrania se enfrenta a una doble amenaza: el avance militar ruso y la diplomacia internacional sin su presencia. Mientras Putin se fortalece con ofensivas territoriales, y Trump busca un acuerdo que le sume puntos políticos, Zelenskiy insiste en lo esencial: la paz no puede ser sinónimo de capitulación.
La pregunta que queda en el aire es contundente:
¿Estamos ante un nuevo Múnich del siglo XXI, donde se negocia sobre el mapa sin contar con el pueblo que vive sobre él?
