La instrucción contra el empresario Víctor de Aldama, pieza clave del escándalo del ‘caso Koldo’, podría estar a punto de estallar por los aires tras revelarse un posible espionaje telefónico ilegal en prisión, incluyendo conversaciones con su abogado. Este hecho podría provocar la nulidad total del procedimiento ante el Tribunal Supremo.

Aldama, el «conseguidor» que incomoda al PSOE
Aunque el foco mediático se ha centrado en José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García, el papel de Víctor de Aldama como presunto intermediario de los contratos investigados es igual de relevante. Ahora, una filtración explosiva amenaza con volcar la investigación: la intervención telefónica no autorizada de sus comunicaciones durante su estancia en prisión.
El empresario pasó 42 días en prisión preventiva, tiempo durante el cual ocurrieron hechos extraños, como una supuesta visita no registrada de agentes que le ofrecieron libertad a cambio de su silencio. Sin embargo, lo más grave llega ahora: Leire Díez, conocida como la «fontanera del PSOE», confesó ante un comandante de la Guardia Civil haber escuchado personalmente una llamada en la que el abogado de Aldama animaba a éste a hablar «contra los intereses del Gobierno socialista».
Pinchazo ilegal: violación del secreto de comunicaciones
Dicha conversación, que según las anotaciones del agente Rubén Villalba podría haber tenido lugar mientras Aldama estaba aún encarcelado, apunta a que las comunicaciones pudieron estar intervenidas sin autorización judicial. Es decir, una vulneración flagrante del derecho a la defensa y del secreto de las comunicaciones, pilares fundamentales del Estado de derecho.
Si se confirma esta práctica ilegal, el magistrado del Tribunal Supremo Leopoldo Puente se vería obligado a anular toda la causa, por haber sido viciada de raíz.
Silencio cómplice de Instituciones Penitenciarias
Pese a lo revelado en las actas oficiales de la reunión entre Díez y Villalba, Instituciones Penitenciarias, organismo dependiente del Ministerio del Interior, no ha abierto investigación alguna. Silencio absoluto, como si nada hubiera pasado.
Este mutismo institucional solo refuerza la tesis de quienes ven en este caso una operación política para encubrir a los verdaderos responsables y cargar las culpas sobre peones sacrificables. Una maniobra de manual que recuerda a las prácticas más oscuras del aparato del Estado.
Zapatero, Plus Ultra y la Internacional Socialista: la telaraña socialista
Aldama también está vinculado al escándalo del rescate de Plus Ultra, la aerolínea chavista que recibió fondos públicos en plena pandemia. Según la llamada escuchada por Díez, el propio Aldama habría asegurado que Zapatero presionó para salvar Plus Ultra y que 10 millones de euros fueron usados para financiar actividades de la Internacional Socialista.
Las implicaciones de estas revelaciones son demoledoras: fondos públicos desviados, conexiones internacionales turbias y un PSOE dispuesto a todo para que no se conozca la verdad.
El miedo a que Aldama siga hablando
Según las notas recogidas por Villalba, Leire Díez dejó claro que existía «una preocupación importante» con Aldama, porque «está contando tantas cosas» que podría «crear un problema sumamente grave». Añadió que «por todos los medios hay que evitar que se siga tirando de la cuerda» y que bajo ningún concepto pueden salir determinadas informaciones.
Opinión Zero Censura
Desde Zero Censura denunciamos esta gravísima violación del Estado de derecho. Si se confirma que las comunicaciones privadas de un investigado fueron espiadas sin autorización judicial, el escándalo no es Aldama: el escándalo es el Estado mismo.
¿Estamos ante un intento desesperado del PSOE por tapar una red de corrupción sistémica, utilizando métodos más propios de una dictadura que de una democracia? ¿Cuánto tiempo más podrán esconder los eslabones más altos de esta trama?



