
Uruguay despenaliza la eutanasia: cuestionamiento y mirada crítica
Una decisión controvertida
En una noche histórica, el Senado uruguayo ha aprobado la ley de muerte digna tras más de 10 horas de intenso debate. Este proyecto garantiza el derecho a «transcurrir dignamente el proceso de morir» para adultos que enfrentan enfermedades incurables e irreversibles con un sufrimiento insoportable. Uruguay se alinea con un grupo selecto de naciones que permiten la muerte médicamente asistida, despertando tanto respaldo como críticas a nivel internacional.
Un marco legal sin precedentes
La nueva normativa no establece límites de tiempo ni exige un periodo de espera, permitiendo a pacientes con enfermedades incurables solicitar la eutanasia. Esto contrasta con las legislaciones de países como Estados Unidos o Nueva Zelanda, que imponen estrictas restricciones. La decisión ha sido aplaudida por la coalición de izquierda que se encuentra en el gobierno, pero suscita interrogantes sobre el futuro de la ética médica y el valor de la vida humana.
Un debate cargado de implicaciones
La vicepresidenta Carolina Cosse ha proclamado que este avance coloca a Uruguay «a la vanguardia en el abordaje de temas profundamente humanos», reafirmando así un compromiso que muchos critican como una deriva hacia la desprotección de los más vulnerables. Con un panorama donde las opciones de atención paliativa son limitadas, el impulso hacia la eutanasia puede verse como un signo de debilidad del sistema de salud.