
Messi lidera a Argentina en goleada sin complicaciones a Puerto Rico
Dominio total y espectáculo de la estrella en el camino hacia el Mundial
Argentina superó con autoridad a Puerto Rico en un encuentro donde Lionel Messi demostró, una vez más, por qué es el líder indiscutible de la campeona del mundo. Desde el inicio, Messi se posicionó cerca de los centrocampistas, tomando el control del juego y aportando asistencias decisivas que convirtieron el marcador en una goleada contundente.
Desglose del partido: contundencia y dominio
A pesar de la sorpresa inicial con una jugada de Antonetti que casi anota desde 60 metros, fue Alexis Mac Allister quien abrió el marcador tras un disparo de Messi que rozó el travesaño, para después recibir otro disparo de Nico González que terminó desviando hacia la red. Argentina aumentó el ritmo y anotó un segundo gol con una asistencia magistral de Messi que finalizó Montiel. Mac Allister repitió con un doblete tras una genial combinación que inició Messi, demostrando la sincronía de un equipo sólido.
Entradas clave y cierre contundente
En el segundo tiempo, Scaloni dio minutos a debutantes como Rivero y Moreno, mientras que Lautaro Martínez y Montiel ingresaron para cerrar el partido. La goleada se selló con un autogol de Puerto Rico y dos goles más por parte de Lautaro, aprovechando otro pase excelente de Messi. Pese a su insistencia por marcar, el capitán se encontró con una defensa cerrada y un portero en gran forma.
Análisis desde una perspectiva crítica
Este partido pone de manifiesto la evidente superioridad futbolística de Argentina frente a selecciones sin un desarrollo competitivo comparable. Sin embargo, la falta de oposición significativa plantea interrogantes sobre la calidad del calendario preparatorio de la albiceleste antes del Mundial. La dominante actuación de Messi, aunque esperada, oculta la carencia de rivales verdaderamente desafiantes, lo que podría generar una falsa sensación de seguridad. En un contexto global donde la influencia deportiva se usa para mejorar la imagen de países con regímenes cuestionables, la brillantez futbolística no debe distraer de debates complejos sobre política y derechos humanos.



