El juez Leopoldo Puente interrogará a los exdirigentes socialistas tras revelarse un informe demoledor de la UCO que apunta a pagos encubiertos, dinero en sobres y un posible entramado económico con fondos sin justificar. El caso se agrava y las piezas comienzan a encajar.

El juez acelera el caso tras el informe de la Guardia Civil
El magistrado del Supremo Leopoldo Puente ha citado para esta semana a José Luis Ábalos (miércoles) y a su exasesor Koldo García (jueves), después de que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil destapara un entramado económico turbio entre ambos, repleto de ingresos irregulares, pagos en efectivo, gastos sin justificar y transferencias sospechosas.
Pese a los intentos del entorno del PSOE de retrasar las comparecencias, alegando conflictos de agenda de los abogados, el juez ha mantenido las fechas al considerar la gravedad de la causa, donde ya hay una persona en prisión provisional: Santos Cerdán, exnúmero tres socialista.
Ábalos, cada vez más acorralado: sobres, billetes y silencio
El último informe de la UCO detalla con precisión cómo Koldo García habría asumido pagos personales de Ábalos sin ningún tipo de contraprestación bancaria conocida: pensión alimenticia de un hijo, su empleada doméstica, regalos, hipotecas, viajes y otros gastos que no aparecen reflejados en ninguna cuenta del exministro.
En total, se detectaron 95 437 euros sin rastro bancario, y al menos 20 799 euros fueron destinados a gastos personales con dinero no declarado.
La Guardia Civil señala que parte del dinero se habría entregado en efectivo, en sobres. En chats de WhatsApp, Koldo y su mujer hablaban de ese dinero con términos en clave: “chistorras” (500 €), “soles” (200 €) y “lechugas” (100 €). Algunas conversaciones implican directamente al exministro.
Dos versiones que no cuadran: contradicciones y vínculos ocultos
El juez considera que existen “zonas de intersección patrimonial” entre Ábalos y Koldo, pese a que el primero niega una relación más allá del vínculo profesional. Sin embargo, los indicios de ingresos irregulares, pagos encubiertos y métodos opacos de colaboración económica son cada vez más sólidos.
Puente cree que o bien Koldo pagaba en nombre de Ábalos “sin contrapartida” —lo que sería insostenible económicamente— o el exministro le devolvía el dinero por vías no legales, como el efectivo. Ambas hipótesis son inquietantes y abren la puerta a posibles delitos de corrupción, blanqueo y financiación ilegal.
Además, el juez ya ha dejado claro que las declaraciones previas de Ábalos no se ajustan a los hechos documentados. Los pagos, los chats, las pruebas económicas y las incongruencias empiezan a dibujar una imagen muy distinta a la presentada hasta ahora por el exministro.
¿El PSOE detrás del dinero? Dinero en sobres y pagos sin justificar
Uno de los puntos más explosivos del informe es la afirmación de la UCO de que el PSOE entregó sobres con dinero en efectivo a Ábalos. Algunos pagos tienen supuesta justificación como compensación de gastos, pero otros no tienen ningún respaldo documental.
Este dato conecta al Partido Socialista directamente con la operativa irregular, y agrava la crisis interna del Gobierno, ya cercado por los casos de corrupción en su cúpula: Ábalos, Cerdán, el hermano de Sánchez y su esposa, todos bajo el foco judicial.
Próxima parada: ¿la cárcel?
Aunque en su última comparecencia la Fiscalía no pidió prisión para Ábalos ni Koldo, esta vez esperará a las declaraciones para tomar una decisión. Ambos mantienen medidas cautelares: prohibición de salir de España, retirada del pasaporte y obligación de comparecencia judicial.
Si el juez considera que hay riesgo de fuga, reiteración delictiva o destrucción de pruebas, podría dictar prisión preventiva en los próximos días.
¿Fin de ciclo en el PSOE?
Este nuevo capítulo en el caso Koldo-Ábalos pone de nuevo contra las cuerdas a un Pedro Sánchez ya acorralado por múltiples frentes judiciales. La imagen de su partido se desmorona ante los ojos de la opinión pública, mientras los jueces avanzan sin freno.
¿Estamos ante un simple caso de descontrol interno o ante el derrumbe final de un régimen político podrido desde dentro?