
La muerte de Mario Biondo: ¿suicidio o homicidio encubierto?
Un trágico desenlace que genera más preguntas que respuestas
El 30 de mayo de 2013, el cámara italiano Mario Biondo fue encontrado sin vida en el hogar que compartía con su esposa, la presentadora Raquel Sánchez Silva, en Madrid. La Policía archivó de inmediato el caso como suicidio, basándose en una autopsia deficiente que no incluyó la apertura de cráneo ni estómago. Sin embargo, la familia de Mario ha mantenido desde el primer instante que las circunstancias de su muerte son sospechosas.
La familia Biondo: en la búsqueda de la verdad
Sus padres, Pippo y Santina D’Alessandro, y sus hermanos Andrea y Emanuela, están convencidos de que su hijo fue asesinado. «A mi hijo lo asesinaron», ha declarado Santina en múltiples ocasiones. Más extraño aun es que Mario, que estaba en medio de un proyecto de televisión y tenía una cita médica inminente para fecundación in vitro, no dejó más que silencio en su despedida.
Rumores y filtraciones: el rostro lacerado de la prensa
En octubre de 2013, la prensa española lanzó una serie de filtraciones que arrojaron sombras sobre la imagen de Mario, alegando problemas de adicción y discusiones con Raquel. Sin embargo, filtraciones como estas suelen tener un trasfondo político, donde intereses ocultos protegen a ciertos individuos. La realidad nos dice que los peritajes italianos demostraron la falsedad de dichas acusaciones, confirmando que el ordenador de Mario estuvo en uso hasta poco antes de su muerte, contradiciendo la narrativa del suicidio.
Inconsistencias en la versión oficial
Los testimonios de los últimos momentos de Mario son engañosos. Raquel es acusada de haber alterado versiones y de mostrar un comportamiento contradictorio, lo que ha reforzado la desconfianza hacia su historia. La cronología presenta múltiples inconsistencias, desde argumentos sobre paternidad hasta el acceso a sustancias ilegales. La situación se complica más con la aparición de una segunda autopsia, que reveló un golpe en la cabeza y concluyó que la muerte era compatible con un posible homicidio.
Un caso cerrado, pero no olvidado
A pesar de las reiteradas peticiones de la familia Biondo para reabrir el caso, la justicia española ha actuado con sorprendente lentitud. En 2025, la Audiencia Provincial de Madrid admitió que la muerte de Mario «pudo no ser un suicidio». Sin embargo, la investigación sigue sin ser esclarecida, lo que lleva a la familia a aferrarse a su creencia de un homicidio planeado. Este trágico caso no solo pone en duda las capacidades de nuestras instituciones, sino que recuerda cómo la verdad puede ser manipulada según intereses oscuros.