La élite cultural arremete contra Christopher Nolan por filmar en Dajla (Villa Cisneros), pero guardó silencio cuando Pedro Sánchez abrazó el plan marroquí para el Sáhara Occidental en 2022.
Un manifiesto del FiSahara acusa al director británico de “normalizar la ocupación marroquí”. Entre los firmantes figuran Javier Bardem, Icíar Bollaín o Sorogoyen, los mismos que no alzaron la voz cuando Moncloa se alineó con Mohamed VI.
La “cofradía del manifiesto” vuelve a escena
La izquierda cultural rebrota con su ritual favorito: el comunicado moralizante. Esta vez apuntan a Nolan por rodar parte de La Odisea en territorio saharaui ocupado, supuestamente “sin el consentimiento del pueblo saharaui”. El texto exige al cineasta y a los estudios que “reconozcan públicamente su error” y advierte de un boicot a futuras producciones que pisen la zona.
¿Qué exige el manifiesto del FiSahara?
- Confesión pública de Nolan y las productoras.
- Compromiso de Hollywood de no filmar en el Sáhara sin aval saharaui.
- Vigilancia permanente: “No les quitaremos ojo”.
Según los firmantes, la superproducción habría contribuido, “sin saberlo”, a la “represión del pueblo saharaui”.
Silencio sepulcral ante el giro de Pedro Sánchez (2022)
Cuando el 18 de marzo de 2022 el Gobierno abandonó la histórica neutralidad española y calificó el plan de autonomía marroquí como la “opción más seria y creíble”, ni un solo actor de la lista protestó. Tampoco hubo cartas abiertas tras la filtración de la carta de Sánchez a Mohamed VI, plagada de halagos al monarca alauí y promesas de una “relación privilegiada”.
¿Dónde estaba entonces la conciencia crítica de Bardem, Colomo o Botto?
La coherencia brilla por su ausencia: se censura a un director extranjero, pero se pasa página cuando La Moncloa entrega la causa saharaui a Rabat.
Hipocresía y oportunismo cultural
- Manifiestos selectivos: la “zeja” sólo firma cuando el objetivo no compromete a su círculo político.
- Turismo moral: fácil denunciar a Hollywood; difícil plantar cara a Sánchez y Marruecos.
- Silencio mediático: grandes cadenas y festivales miman a los artistas, ignorando la doble vara de medir.
La vara de medir depende del color político
La ofensiva contra Nolan desnuda la incoherencia de una élite que presume de compromiso, pero calla cuando el socialismo gobernante pacta con Rabat. El pueblo saharaui merece algo más que postureo estival y firmas de despacho.