
Las Palmas arrastra dudas ante Cádiz en un pulso clave para el ascenso
Un líder invicto crece ante un equipo resentido en casa
UD Las Palmas, situada a sólo cuatro puntos del ascenso directo y empatada en la sexta posición con el Eibar (11 puntos), enfrenta un serio problema en su propio feudo, el Estadio de Gran Canaria. Allí ha cedido 8 de 12 puntos posibles y ha sufrido sus dos únicas derrotas de la temporada. Un síntoma preocupante para sus aspiraciones.
Los canarios, pese a ventaja inicial, han perdido constantemente por faltarles recursos para superar a rivales que se repliegan defensivamente. Este fue el caso ante el Málaga, donde fueron batidos por un cañonazo de Rafa Rodríguez al descanso, y más recientemente ante el Almería, que golpeó con un gol de Sergio Arribas también antes del intermedio.
El factor Cádiz y la ‘psicosis’ en las Islas
El Cádiz CF ejerce presión creciente como líder invicto con un balance de 15 puntos (4 victorias y 3 empates). Su mérito radica en la rapidez para golpear primero, igualando la efectividad inicial del Deportivo. De los siete encuentros, en cinco los gaditanos adelantaron el marcador y sólo en uno no lograron capitalizar esa ventaja. Esta estadística siembra nervios y cierto derrotismo en Las Palmas, que se enfrenta a una prueba de fuego en su estadio.
Contexto y controversia
Este panorama invita a una reflexión crítica sobre la gestión deportiva y las prioridades de un club que no puede permitirse fallos en casa si quiere regresar a la élite. La falta de eficacia ante rivales que defienden con rigor plantea preguntas sobre las decisiones tácticas y el nivel competitivo del equipo. Además, el escenario político y social en Canarias, marcado por incertidumbres y presiones externas, no ayuda a crear un ambiente favorable para el desarrollo deportivo.
En contraste, Cádiz representa un modelo de estabilidad y ambición efectiva, ilustrando cómo la gestión conservadora, respaldada por una afición volcada y una estructura deportiva sólida, puede marcar la diferencia. Las Palmas está en alerta máxima: la ‘psicosis’ no es solo cuestión mental sino señal de una realidad que exige respuestas contundentes si quieren aspirar al ascenso.