La emergente Groq, fundada por un exingeniero de Google, busca consolidarse como la alternativa estratégica a Nvidia en plena guerra global por el dominio de la inteligencia artificial.
La startup Groq, especializada en chips de alto rendimiento para inteligencia artificial, está en negociaciones para recaudar 600 millones de dólares con una valoración que se acercaría a los 6 000 millones, según fuentes de Bloomberg. La operación aún no está cerrada, pero marcaría un nuevo salto en la carrera tecnológica por el control del hardware de IA.
Fundada en 2016 por Jonathan Ross, uno de los responsables de los chips TPU de Google, Groq ha pasado de ser una desconocida a doblar su valoración en menos de un año: en agosto de 2024 había captado 640 millones de dólares a una valoración de 2 800 millones.
¿Quién está detrás de Groq?
- La nueva ronda estaría liderada por Disruptive, firma de capital riesgo con sede en Austin.
- En rondas anteriores han participado gigantes como BlackRock, Cisco, Neuberger Berman, Samsung Catalyst Fund y KDDI, lo que revela una fuerte confianza institucional en el despegue de Groq como rival real de Nvidia.
Esta financiación consolidaría a Groq como uno de los pocos actores con capacidad de desafiar el monopolio de facto de Nvidia en el mercado de chips de IA, crucial para entrenar modelos de lenguaje como GPT o Llama 4.
Alianzas clave con Meta y Bell Canada
Groq no solo crece en capital, sino también en influencia geoestratégica:
- En abril de 2025, Groq anunció una alianza con Meta para acelerar la inferencia del modelo Llama 4, uno de los pilares de la nueva generación de IA generativa.
- En mayo, firmó una alianza exclusiva con Bell Canada, el mayor operador de telecomunicaciones del país, para desplegar infraestructura de IA a escala nacional.
Estas alianzas colocan a Groq en el tablero de la infraestructura crítica occidental, en un momento donde EE. UU. y sus aliados intentan reducir la dependencia tecnológica de Asia y especialmente de China.
¿Por qué importa Groq?
En la carrera por dominar la IA, no basta con tener software; el hardware es soberanía. Nvidia, con sus GPU, domina el 90 % del mercado. Pero sus precios, su dependencia de TSMC (Taiwán) y los cuellos de botella han generado un vacío que Groq quiere ocupar con chips más eficientes para inferencia, más baratos y escalables.
La tecnología de Groq no compite directamente en entrenamiento, sino en inferencia, es decir, en cómo se ejecutan y responden los modelos ya entrenados. Esto la convierte en una opción ideal para:
- Plataformas de IA generativa como ChatGPT, Claude, Llama o Mistral.
- Dispositivos edge, donde se requiere baja latencia y alta eficiencia energética.
- Infraestructuras nacionales que buscan soberanía digital.
Groq representa más que una startup: es un proyecto estratégico del bloque occidental para frenar la hegemonía de Nvidia y contener el avance de China en la guerra tecnológica global. Si la ronda de financiación se concreta, será una señal clara de que los grandes fondos e instituciones están apostando por una arquitectura alternativa para la inteligencia artificial del futuro.



