La subida de aranceles pactada entre Biden y la UE amenaza uno de los productos estrella de la economía agroalimentaria española. El campo, una vez más, pagará el precio de la incompetencia política.
España, rehén de un acuerdo que beneficia a Francia y Alemania
El reciente acuerdo comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos, firmado con entusiasmo por Bruselas, impone un arancel del 15 % a las exportaciones comunitarias, incluyendo productos clave como el aceite de oliva español. Esta medida, lejos de proteger los intereses nacionales, favorece descaradamente a potencias industriales del norte de Europa a costa del sector agroalimentario español, especialmente el andaluz.
Un mercado vital, ahora en peligro
Estados Unidos es, después de la propia UE, el mayor importador mundial de aceite de oliva, y España lidera ese mercado con exportaciones anuales superiores a 1 000 millones de euros. El nuevo arancel del 15 %, que sustituye al ya dañino 10 %, encarecerá aún más nuestros productos en territorio norteamericano, haciendo peligrar miles de empleos en cooperativas, almazaras y pequeños productores.
Según el director adjunto de ASOLIVA, Rafael Pico, el efecto podría ser devastador: «Este arancel crea una distorsión en el mercado internacional. Hay países con aranceles más bajos que se beneficiarán, mientras nosotros quedamos fuera del juego«.
¿Dónde está el Gobierno?
Mientras el Gobierno de Pedro Sánchez se afana en pactar cesiones fiscales y privilegios con sus socios separatistas, la industria que sostiene el medio rural español se encuentra abandonada a su suerte. Aunque se anuncian «ayudas», lo cierto es que España no tiene una política exterior comercial clara, ni una estrategia para defender a su tejido productivo ante la competencia global.
Yolanda Díaz y el ala económica de Sumar, obsesionados con intervencionismo y ecologismo radical, callan ante este golpe directo al corazón del sector primario. ¿Qué harán ahora que el aceite de oliva —símbolo de nuestra dieta, cultura y economía— está en riesgo?
Un futuro incierto y una amenaza real
Las estimaciones más conservadoras indican que la medida podría provocar una caída de las ventas de aceite español en EE. UU. de hasta el 4 % anual, lo que supondría pérdidas por valor de 145 millones de euros. Una cifra que podría duplicarse si no se adoptan medidas urgentes.
Y mientras tanto, países como Italia o Grecia, con producciones mucho menores, aprovechan para ganar cuota de mercado por tener pactos bilaterales más favorables o estrategias diplomáticas activas.



