Desde el exilio en Prats de Molló, el líder fugado Carles Puigdemont lanza un nuevo órdago político y afirma que Junts sólo apoyará lo que beneficie a la independencia de Cataluña.
Discurso incendiario en pleno pulso independentista
Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat y prófugo de la justicia española, ha reaparecido públicamente este domingo en Francia ante más de 1 000 simpatizantes de Junts, en el acto del quinto aniversario de su formación. Allí, ha lanzado una dura advertencia: “Nuestro voto no se puede dar por descontado”, advirtiendo que su partido no apoyará ninguna medida que no favorezca su proyecto secesionista.
Acompañado por Jordi Turull, Judith Toronjo y otros dirigentes del partido, Puigdemont ha criticado a quienes calificó como «extremos» y «populistas», en clara referencia tanto a partidos españoles como a rivales independentistas.
“Que os zurzan”: desafío al Gobierno de Sánchez
El discurso incluyó un tono provocador: “A los que durante cinco años nos han enterrado seis veces y mañana lo harán una séptima vez, les tenemos que decir: que os zurzan”, expresó, aludiendo a los intentos de apartarlo de la política.
Puigdemont también se burló de las políticas de partidos que tachó de “arquitectos del caos” y criticó medidas que, según él, pretenden expulsar a propietarios bajo el pretexto de la especulación o aplicar deportaciones masivas como solución a la inmigración.
Rechazo al populismo y guiños al secesionismo
El líder de Junts defendió el llamado «método Junts», que consiste en evaluar si lo negociado con el Estado sirve para avanzar hacia la independencia. Si no es así, afirma, se opondrán con rotundidad. “No se negocia con vídeos de TikTok ni con frases hechas, sino con compromiso real”, aseguró.
Además, exigió al Tribunal Constitucional que se levante la orden de detención que pesa sobre él, en un nuevo intento de lavar su imagen antes de un hipotético regreso a España con impunidad política.
Junts, ¿fuerza decisiva o chantajista institucional?
En un contexto de fragilidad parlamentaria en el Congreso, el mensaje de Puigdemont parece apuntar a un nuevo chantaje político, exigiendo contrapartidas a cambio del apoyo de sus diputados. Mientras tanto, el Gobierno de Pedro Sánchez sigue dependiendo de los votos de fuerzas que se presentan como enemigas declaradas del Estado español.



