La irrupción de marcas como BYD, MG y Chery revoluciona el mercado automovilístico en España, donde los coches chinos duplican su cuota en un año y se posicionan como la alternativa más competitiva en el segmento eléctrico.
De la sospecha al liderazgo silencioso
Lo que comenzó como una incursión tímida ha pasado a ser una expansión industrial planificada. En los cinco primeros meses de 2025, las marcas chinas ya acaparan un 10,12% de las matriculaciones en España, doblando su presencia respecto al año anterior. Este crecimiento del 300% en dos años revela que el coche chino ha dejado de ser una excepción para convertirse en opción real.
Las marcas que están conquistando España
MG: calidad británica con corazón chino
Adquirida por el gigante SAIC Motor, MG ha logrado convertirse en la marca china más vendida en España. Modelos como el MG4 Electric (400 km de autonomía desde 20 000 euros) son el emblema de una relación calidad-precio imbatible.
BYD: baterías propias y conquista acelerada
Con 30 concesionarios y modelos como el Dolphin, Atto 3 y Seal, BYD apuesta fuerte por España. Fabrica sus propias baterías Blade de litio-ferrofosfato, sin cobalto, lo que le permite ofrecer precios bajos y mayor seguridad. Su modelo Seal U DM-i es ya uno de los híbridos enchufables más vendidos.
Chery: producción en Barcelona y ambición europea
Chery no sólo vende en España (3 000 unidades en 2025), también produce localmente. El grupo ha recuperado la fábrica de Nissan en Zona Franca, donde ensamblará hasta 300 000 coches al año. Ya cuenta con 70 concesionarios que cubren el 93% del territorio.
Los secretos de su éxito: precio, tecnología y estrategia global
Los fabricantes chinos dominan tres claves que las marcas tradicionales subestiman:
- Precio accesible: mientras las marcas europeas venden eléctricos por más de 40 000 euros, los chinos ofrecen alternativas desde 20 000 euros o menos.
- Tecnología propia: controlan baterías, motores y plataformas. Esto reduce costes y acelera la innovación.
- Escala y regulación: benefician de un mercado interno masivo y de incentivos estatales que han permitido un salto global meteórico.
Retos y resistencia del modelo europeo
Aunque su avance es imparable, las marcas chinas enfrentan varios desafíos en España:
- Desconfianza en la calidad, por el estigma del «producto chino».
- Red de postventa limitada, aunque en rápida expansión.
- Presión geopolítica: Bruselas investiga subvenciones chinas y ya impone aranceles que podrían alterar los precios.
Oportunidad o amenaza: la batalla por el consumidor español
Para muchos expertos, la entrada de fabricantes chinos es una sacudida necesaria para una industria europea lenta, cara y poco flexible. Su llegada democratiza el coche eléctrico, acelera la competencia y ofrece alternativas reales para miles de familias.
La gran duda: ¿será este boom una moda pasajera o el principio de una nueva era en la movilidad española?