En un acto del PSOE en Málaga, el presidente Pedro Sánchez mostró su respaldo a las protestas propalestinas durante la Vuelta, criticó duramente a la oposición por su silencio ante la situación en Gaza, y anunció la revocación de 53.000 viviendas turísticas para destinarlas a alquiler permanente para jóvenes y familias.
Aplaude a manifestantes propalestinos y silencia a los ciclistas
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha querido combinar “respeto a los deportistas” con su “admiración” por los manifestantes que han interrumpido varias etapas de la Vuelta a España con protestas propalestinas. En un acto del PSOE celebrado en Málaga, Sánchez ha querido subrayar que “el pueblo español se moviliza por causas justas como Palestina”, en clara alusión a la participación del equipo Israel Premier Tech en la carrera ciclista.
En varias etapas de la Vuelta, las protestas han obligado a modificar el recorrido y aumentar el dispositivo de seguridad, incluyendo 1 500 agentes entre Policía y Guardia Civil. Sin embargo, lejos de condenar los incidentes o defender la seguridad del evento deportivo, Sánchez ha aprovechado el foco mediático para apoyar la causa palestina y denunciar el “silencio” de la oposición ante lo que él califica como una “barbarie en Gaza”.
Ataque directo a la oposición: “Tienen menos ideas que educación”
Sánchez ha cargado duramente contra el Partido Popular y su líder Alberto Núñez Feijóo, acusándoles de “mimetizarse con la ultraderecha” y de no tener propuestas. “Lo único que hacen es votar en contra del interés general”, ha afirmado. También ha señalado que el PP se opuso a medidas como la reducción de la jornada laboral, lo que, según él, demuestra su falta de compromiso social.
Ha insistido en que España es un ejemplo internacional por su postura ante el conflicto en Gaza, subrayando que mientras otros callan, el Gobierno “da un paso al frente por los derechos humanos”. Un discurso que no ha estado exento de polémica, teniendo en cuenta la tensión diplomática creciente con Israel, cuyo Gobierno ha acusado a España de antisemitismo, tras las últimas sanciones impuestas por el Ejecutivo de Sánchez, entre ellas el embargo de armas y el veto a ministros israelíes.
Iglesias y Belarra se suben al carro: presión desde la izquierda
Desde la izquierda, los exsocios de Gobierno no han perdido la oportunidad de sacar rédito ideológico. El portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, ha celebrado las protestas propalestinas y ha criticado que “la Vuelta se use para blanquear el genocidio en Gaza”. Por su parte, Ione Belarra, líder de Podemos, ha calificado a Sánchez de tener “la cara de cemento armado” por alabar las protestas mientras mantiene un despliegue policial superior al de la Cumbre de la OTAN.
Una vez más, la izquierda compite consigo misma para ver quién se apropia mejor de la causa palestina, mientras el conflicto en Oriente Medio se utiliza como munición política en España.
Medida estrella: 53 000 pisos turísticos fuera del mercado
El otro gran anuncio de Sánchez fue la retirada inmediata de 53 000 viviendas turísticas del Registro Único de Arrendamientos, detectadas con supuestas irregularidades. Según el Gobierno, estas propiedades pasarán a ser viviendas de alquiler permanente, con prioridad para jóvenes y familias.
De ese total, unas 6 000 viviendas están en Málaga, donde se realizó el acto del PSOE. La medida, presentada como una solución a la crisis del alquiler, ha levantado dudas entre expertos y juristas, ya que plantea serias interrogantes legales y de competencia autonómica.
Con este movimiento, Sánchez trata de calmar a una base electoral frustrada por los altos precios del alquiler, mientras señala como enemigos a los pequeños propietarios y al sector turístico.
Cruzada ideológica camuflada de gestión
El discurso del presidente deja claro que su estrategia pasa por convertir causas internacionales en ejes de su política nacional, polarizando el debate entre quienes “defienden los derechos humanos” y quienes “guardan silencio ante la barbarie”.
El intento de reconvertir el fracaso habitacional en éxito político, recurriendo a medidas intervencionistas como la eliminación de pisos turísticos, no es nuevo. Pero sí lo es el tono con el que lo presenta: un Sánchez más ideológico que gestor, más pendiente de su imagen en foros internacionales que de las consecuencias prácticas de sus anuncios.
Andalucía, próximo frente electoral
Sánchez también aprovechó el acto para lanzar un dardo al presidente de la Junta, Juanma Moreno, al que calificó de “muy de derechas” y “displicente”. Avaló a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, como posible sucesora de Moreno en Andalucía, en lo que ya se perfila como la próxima batalla territorial del PSOE.
¿Populismo diplomático o liderazgo progresista?
Entre la propaganda ideológica, las tensiones internacionales y medidas de difícil ejecución, el Gobierno vuelve a alimentar la división nacional mientras cosecha titulares en el exterior. Queda la duda de si la movilización pro Palestina, el castigo a los pisos turísticos y el enfrentamiento con Israel son parte de una estrategia sincera o simplemente una cortina de humo ante la falta de soluciones reales.
